Una estrecha línea y 14 rosas de bienvenida [6/6]

título: Una estrecha línea y 14 rosas de bienvenida
autor: meli_sq
pareja: masuda/tegoshi
tipo: multichapter (pg-13)
argumento: El éxito profesional a veces significa hacer sacrificios. Durante sus vidas, hicieron millones de estos. Y cuando estuvieron cerca de la cima, ellos se conocieron, se volvieron amigos y se enamoraron, pero nuevamente, el trabajo les exije separarse.

nota: Los capítulos son relativamente cortos.

previos: 01 02 03 04 05

Pareciera que las luces de aquel restaurante fueran cada vez más tenues, la música ya no se oía y lo único que alumbraba a los muchachos era la extravagante ciudad que se lucía por el ventanal. Masuda colocó sus palmas contra el cristal tratando de distraerse de aquellos pensamientos que no dejaban de correr por su mente; podía ver su reflejo, y era triste y frustrante.

Un ligero suspiro de sorpresa se escapó de sus labios cuando sintió los firmes brazos de Nishikido rodeando su cintura, sintió como éste pegaba su frente a su cabeza y por un momento pudo dispersarse cuando escuchó al artista susurrando.

“Él es parte de tu pasado, ya no lo necesitas.” La mirada de Masuda bajó a sus manos con una expresión triste. “No importa. De verdad que él ya no importa.”

Los labios de Nishikido se acercaron más al oído del locutor y se posicionaron con un gentil beso sobre su piel. “Te puedes repetir mil veces que eso fue amor, que fue real. Pero tú sabes que la vida no es más que una vaga ilusión.”
Ahora los brazos de Ryo estrechaban más fuerte el torso del chico mientras intentaba lentamente, apartar sus manos de la ventana. “Ni siquiera el presente es significativo si tú lo dejas pasar. Los segundos corren, los minutos saltan y las horas mueren, es esa nuestra realidad.”

Masuda descansó sus brazos y alzó la vista, encontrándose con la fuerte mirada de Nishikido reflejada. “Me tienes a mi, si quieres-“, depositó otro beso ligero en su cabeza. “No tienes que perdonar, no tienes siquiera que pensarlo-”

“Pero-“ la voz de Masuda se escuchó suave. “No quiero olvidarlo.”

“Para qué guardar recuerdos de ellos si nos hacen daño?”

“Ellos?” repitió el chico, descubriendo que no era el único que sufría.

Nishikido suavizó un poco su expresión, sonrió por lo bajo antes de cerrar los ojos y descansar su barbilla en el hombro del otro. “Hay gente-“ comenzó, “que tiene la suerte de encontrarse con esa persona especial… que aunque sepas que no es real y que en cualquier momento te puede dejar, vivió para ti y te hizo feliz. No darse por vencido a veces es una forma de esconderse y obligarse a resistir… mirar más allá del cristal.”

“Más allá del cristal?” el propio reflejo de Masuda se volvía borroso ante sus ojos.

“Sólo mira hacia delante.”

En ese instante, el abrazo de Ryo se quebró y lo único que los ojos de Masuda pudieron ver fue ese gran edificio frente a él. Una figura en la azotea. Su corazón se detuvo un segundo.

+++

“Shh…” los dedos de Tegoshi acariciaron sus labios cuando intentó hablar. “No te despidas aún, sino no seré capaz de dejarte ir.”

“Yuya, yo-“Masuda cogió sus manos e intentó hablar de nuevo pero falló cuando el otro pasó una pierna sobre su regazo, se sentó sobre sus caderas y empezó a besarlo con fuerza. Aquel movimiento era algo imprudente, especialmente cuando sólo faltaba unos minutos para que fueran al aeropuerto, pero Masuda no pareció molestarse y dejó recostar su cabeza sobre el sofá, tomando las manos de Tegoshi entre sus manos para alejarlo y respirar. “Yuya, tengo que darte algo.”

Los ojos de Tegoshi se agrandaron cuando vio como Masuda sacaba unas llaves de su bolsillo y las colocaba en sus manos.

“Qué-“ Alzó la vista, “Porqué me das tus llaves?”

“Quiero que te quedes con mi apartamento.” Dijo acariciando su rostro y apartando cabello de su frente. “Cuando vuelva, quiero que seas lo primero que vea, sin importar en qué año o día sea. Sólo seré feliz sabiendo que te encontraré.”

Tegoshi agachó la cabeza y se quedó en silencio unos minutos antes de agitar su cabeza hasta violentamente y forzar las llaves de regreso con su dueño.

“No, son tuyas.”

“Yuya, no es como si te estuviera pidiendo-“

“Qué te espere?” los ojos de Tegoshi estaban cristalinos. “Sólo- sólo quédatelas. Cuando vuelvas, entraremos por la puerta juntos. Son tuyas. Tú-“. Se puso de pie y caminó hacia el otro lado de la habitación. “Ya es hora de que estés en el aeropuerto. Iré por mi chaqueta, ve saliendo.”

Antes que Masuda pudiese decir algo, el otro ya se había desaparecido tras una puerta. Decidió, entonces, coger las maletas que estaban en su cuarto y llevarlas al vestíbulo. Se apoyó en la puerta de entrada, esperando a que Tegoshi saliera para tomar un taxi. El vecindario nunca había estado más quieto, era como una tranquila despedida, pensó. Y por alguna razón, en un instante, la calle se encubrió, y pudo oír claramente, el llanto silencioso de su amante.

"Takahisa... tú tienes que regresar."

+++

“Es hermoso, verdad?” preguntó amablemente el chico. “La ciudad sólo se ve así a esta hora, cuando el tráfico se paraliza y las luces de los edificios se complementan con la de los autos.”

“Tegoshi-san, siempre tan profundo, ne~” sonrió Airi, que admiraba la misma escena en la azotea.

El psicólogo rió suavemente. “Voy a extrañar este lugar.” Luego volteó y la miró. “A ti también, Airi-chan. Te voy a extrañar mucho, gracias por todo tu increíble trabajo.”

“Acaso, ha decidido aceptar la proposición de Kato-san?” la mirada de la recepcionista cambió.

“Hoy es catorce de Febrero. Supongo que es una señal.”

“A qué se refiere?” Se acercó aún más.

“Hace años, una chica me rompió el corazón un 14 de este mes. Eso cambió mi realidad por completo y me empujó en una dirección inesperada. Luego, apareció alguien más y me dio 14 rosas este día, cómo queriéndome esperanzar. Todo volvió a cambiar.” Dijo Tegoshi y apoyó la cabeza sobre sus manos.

“14 rosas?” El rostro de Airi mostraba enojo combinado con dolor. Inexplicables sensaciones que no pudo reprimir.

“Taka-“ se detuvo unos segundos “Masuda-san… no es tanto del tipo romántico. No sé si aquellas rosas eran un símbolo de bienvenido al amor o sólo pensó en ello porqué era 14 de Febrero.” Se rió ante su idealismo. “Pero cambiaron mi vida. Ahora que ya no me quiere cerca, supongo que debo-“

“Masuda-san?” el tono de la chica era sorpresivo y disgustado. “El de la radio? Usted lo conocía?”

“Airi-chan…” Tegoshi volteó a verla

“Por eso se va? Por otro hombre?”

“Qué pasa? Estás bien-“ Airi se lanzó a sus brazos, juntando sus labios dolorosamente, chocando sus dientes y haciendo que el otro casi perdiera el equilibrio.

La empujó.

“Porqué?!” La chica empezó a llorar. “Porqué él y no yo?! Porqué no se puede quedar por mi y olvidarlo? Yo también lo amo!”

“Qué?” Una sonrisa de nerviosismo apareció en el rostro del otro.

“No te rías! Si te amo. Por eso ponía droga en tu café. Para poder tenerte aunque sea dormido!” Las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas y sus manos se dirigieron hacia su blusa, empezando a desabrochar torpemente los botones.

“Airi, qué haces?” la sostuvo de los brazos.

“Te haré olvidarlo... No me importa si estamos en una azotea o si todos nos ven, me entregaré a ti y lo olvidarás. Lo olvidarás todo!”

“Airi, basta!” Tegoshi la abrazó fuertemente impidiéndole que moviera sus brazos, a pesar de la resistencia. “Por favor… No es por ti. Es sólo que yo- Takahisa es-“

“No soy lo suficiente para ti?” preguntó ella dejando de luchar.

“Por supuesto que si. Eres maravillosa, pero-“ la soltó ligeramente. “No puedo.
Ya no puedo amar a otra persona.”

El viento corría contra su dirección. Su larga cabellera escondía su rostro, pero no su llanto y cuando Tegoshi intentó disculparse, la chica lo cogió del cuello y lo empujó a una esquina.

“Airi! No, por favor, qué haces?!” trataba de gritar. Tegoshi sentía como su cuerpo ya no se sostenía en pie. Sus brazos se balanceaban hacía atrás y podía escuchar el ruido de la ciudad debajo suyo. Tegoshi tenía miedo, pero no de caer, sino de que posiblemente no se volvería encontrar con esa persona que lo sostuvo una vez. Todo estaba negro.

"Takahisa."

Sin embargo, cualquier ilusión que hubiese tenido se rompió cuando sintió una mano firme sujetando su muñeca y jalándolo hacía atrás, hasta que su propia frente chocó contra algo suave y cálido. Unos brazos lo estrecharon ligeramente y cuando alzó la vista, se encontró con la amable mirada de su amigo.

“Yuya”

Parpadeó.

Parpadeó ante el tacto suave de una lágrima recorriendo su mejilla y fue entonces cuando su vista se aclaró. Aquella lágrima no era suya y no pudo evitar llorar también cuando se halló en esa habitación, sobre esa cama y entre esos brazos.

“Takahisa?” alzó la mano para tocar su mejilla. Quizás todo era una cruel pesadilla y Masuda no era real. O quizás ya había muerto y su alma veía lo que quería ver. Pero no. Podía sentirlo. Su mejilla estaba húmeda y cuando Masuda sostuvo su mano para besarle la palma, sus labios… eran cálidos. Era él.

Tegoshi no pude decir nada más porque su llanto se volvió más insistente y no importaba cuantas veces limpiara sus lágrimas, ellas no desaparecían de su rostro. Masuda lo sostuvo de los hombros haciéndolo parar. Lo besó entre el llanto y repitió Te amo y lo siento, hasta no poder más.

Airi desapareció, pero eso no importaba. Lo único que Tegoshi quería, era estar junto a Takahisa.

"Perdóname." Habló Tegoshi, su voz afectada por el llanto. "Prometo ya no llorar"

"No, no lo hagas." Masuda sostuvo su rostro y lo vio a los ojos también afectado. "Llora cuánto quieras porque me amas y yo te amo." Su voz quebró. "Y por cada lágrima, te daré un beso. No te dejaré de nuevo, lo prometo."

+++

“Y antes de terminar el programa, quisiera disculparme con todos nuestros oyentes por la transmisión de ayer. Tuvimos unos problemas técnicos debido a los temblores que nos han estado sorprendiendo recientemente y si, ya regañamos al encargado por no preveer aquel problema, no se preocupen.” Masuda se rió. “Cometer un error con las máquinas es simple, después de todo. Lo genial es que se trata de cosas que se pueden arreglar, porque sabemos qué hicimos mal, nos encomendamos y listo, todo regresa a la normalidad. Pero cuando se trata de humanos… bueno, es una cosa distinta. A veces decimos o hacemos daño a las personas que más amamos y esto puede afectarlos de tantas maneras, que uno no sabe cómo solucionarlo. Uno se frustra, se desespera, se enoja. Pero al final, la vida es una sola, y es corta como para desgastarla de esa forma. Después de tanto pensar y tratar de compensar, hay veces en que los errores que cometemos son demasiado grandes. No hay nada que pueda ayudar cuando lo único que queda decir es lo siento… y créanme amigos míos que yo lo siento.”

El último programa llegó a su fin. Una semana después de que Tegoshi y él se reconciliaran, Masuda decidió que ya era suficiente de angustia. No dejaría lo mejor que le ha pasado en la vida, otra vez. Anunció que se retiraba, aún sin una oferta de trabajo estable, pero no importaba, estaría con él.

Su teléfono sonó mientras recogía algunas cosas del escritorio.

“Yuya.” Respondió alegre.

“Lo encontré!” habló emocionado por la otra línea. “Su nombre es Koyama Keiichiro, 28 años, currículo bastante impresionante, pero la entrevista fue lo mejor. En persona no deja de hablar y de ofrecerle cosas a la gente. Es perfecto para el trabajo! Ya-tengo-secretario~” se rió.

“Me alegra oírlo.”

“Takahisa… gracias por mudarte conmigo, pero de verdad estas seguro que quieres dejar todo lo que tienes aquí para acompañarme? Puedo renunciar a este empleo aún. Shige se enfadará, pero-“

“Estoy seguro. Ya me di cuenta, Yuya.” Dijo, cargando su bolso y abriendo la puerta. “Para mi… no hay ninguna línea entre el amor y tú.”

Tegoshi sonrió. “Yo también te amo.”



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Terminado!
Waaaa quería postearlo antes de irme, pero ya se me hizo tarde para clases! Ojalá esté bien, chicos. Besos y gracias a todos x leer!♥