Una estrecha línea y 14 rosas de bienvenida [5/6]

título: Una estrecha línea y 14 rosas de bienvenida
autor: meli_sq
pareja: masuda/tegoshi
tipo: multichapter (r-17)
argumento: El éxito profesional a veces significa hacer sacrificios. Durante sus vidas, hicieron millones de estos. Y cuando estuvieron cerca de la cima, ellos se conocieron, se volvieron amigos y se enamoraron, pero nuevamente, el trabajo les exije separarse.

nota: Los capítulos son relativamente cortos. Esta parte es r-17

previos: 01 02 03 04

Cada día hemos de oír una canción, leer un buen poema y, de ser posible, hablar unas cuantas palabras razonables. Tegoshi habría escuchado este sabio pensamiento miles de veces y en cada ocasión, éste tomaba un sentido diferente. Fue bajo este concepto, en primer lugar, que encontró a su amigo locutor. En su rostro se formaba una sonrisa al oír aquella voz diariamente y darse cuenta que Masuda complementaba su alma.

Sin embargo, cuando estas palabras salieron de la boca de Shigeaki, soltó los portafolios que llevaba en las manos, esparciendo fotos por el suelo y comprendiendo que su antiguo colega solo trataba de darle coraje para tomar una importante decisión.

“Debemos aprovechar la vida y ser productivos. En escuchar, leer y hablar consiste nuestro día a día, así que te invito a aspirar poco más. ¿Qué dices?”

“Pero, Shige-“ Tegoshi no podía creer que una oportunidad así se le aparecería tan pronto. “Me siento muy halagado de que hallas pensado en mi para esto, pero-“

“No sólo yo.” Lo interrumpió el otro. “Yamashita Shoon es quien decidió reformar el consejo del colegio de psicólogos, él me envió personalmente y me pidió que te convenciera para que te unieras a nosotros.”

“Si, pero-“ recogió las fotos dispersas en el suelo. “mudarme hasta allá…”

“Tegoshi, no sólo como colega, sino como amigo, te lo digo” Shigeaki apoyó sus brazos sobre sus piernas. “Esto es como pedirte que formes parte de la elite y no por orgullo. Como te dije, nuestro más sincero deseo es proponer soluciones a la sociedad, tú siempre dijiste que eso era lo querías, porqué tanta duda ahora?”

“Entiendo lo que dices.” El chico dejó el portafolio sobre la mesa. “pero es tan repentino y- y hasta ya tienen todo listo. Qué pasa si digo que no?”

“Que no? Pero porqué? No te gusta el departamento?” Shige se sorprendió. “Pero si hasta te conseguimos uno con vista al mar!”

“Lo haces sonar como un soborno” sonrió por primera vez ante la actitud del otro

“No es un soborno!” El muchacho puso cara de insultado. “Me siento ofendido por la insinuación”

“Vamos, Shige.” Tegoshi palmeó su hombro.

“No, no. Estoy enfadado” Shigeaki sonrió pícaramente. “Pero, te perdonaré si aceptas unirte.”

“Shige~, no bromees” se rio ligeramente.

“Sé que has logrado mucho aquí, y que obviamente, te será difícil acostumbrarte ante un cambio tan radical, pero es una gran oportunidad.” Intentó convencerlo una vez más.

“No es sólo por dejar esta oficina, sino por las personas que dejaría atrás. ¿Qué pasará con Airi-chan y mis pacientes? Esta es la vida que formé-” se mordió el labio y bajo la vista. “No quiero olvidar lo importante que fue todo esto para mi.”

“Lo sé, pero-“ Una gentil sonrisa cruzó los labios de su amigo. “Tendrás la oportunidad de comenzar un nuevo camino. Aquí, desde donde estás, te ganaste el reconocimiento de muchos y de mi, te ganaste respeto y admiración porque desde un principio sentí que tú podías hacer la diferencia.” Se puso de pie. “Y esa es la razón por la que queremos que te unas, Tegoshi. Eres apasionado, lo arriesgas y no pierdes. Piénsalo, por favor.”

“Shige-“ el muchacho quiso hablar, pero su compañero sólo le entregó unos panfletos y desapareció tras la puerta, indicándole que lo llamara cuando tomara una decisión.

“Tegoshi-san?” su secretaria asomó la cabeza unos minutos después. “Ya me retiro por hoy.”

“Si, gracias Airi-chan. Que tengas una hermosa velada.” Sonrió pensativo el psicólogo.

“Hermosa velada?” la chica ladeó la cabeza. “No es como si fuera a tener una cita o algo. Sé que es San Valentín, pero-“

“Hay un lugar que quiero visitar hoy, me acompañas?”

“Eh?” Airi abrió los ojos sorprendida mientras su jefe le ofrecía la mano.

“Yo tampoco tengo a nadie esta noche.”

+++

Posiblemente su lugar favorito en el mundo era la playa. Escuchar las olas golpearse contra las rocas, sentir la arena tibia bajos sus pies e incluso, aquel extraño aroma que invadía sus pulmones y lo calmaba, le provocaban admiración, como si se tratara de su propio paraíso.
Más está vez, también era su refugio.

Masuda cerró la puerta del auto y caminó hasta él. Le ofreció una chaqueta puesto que estaban en invierno y era de noche, sólo a Tegoshi se le podía ocurrir llegar ahí en un tiempo así.
El chico sonrió amablemente y aceptó la prenda mientras su compañero se sentaba al lado y observaba el mar en silencio.

“Lo siento.” Dijeron a la vez. “No, yo lo siento.”

Se sonrieron. El problema había sido absurdo y sentirse culpables era patético.
Pero saberlo no evitaba esa extraña sensación en sus pechos.

“Taka, yo no quise-“

“No importa.” Dijo éste con una expresión calmada. “De todas maneras nunca lo hablamos y yo también lo negué.”

“Pero no lo hubieras negado si yo le hubiese dicho la verdad a Shige.”

“No importa.” Masuda respondió otra vez. Contrajo sus piernas y cerró los ojos cuando sintió la mano de Tegoshi acariciando su mejilla.

“Pero yo no quiero esto.” Rompió el silencio. “Tú dijiste que me amabas-”

“Te amo.” Respondió el otro abriendo un poco los párpados. “Los comentarios de tus amigos no me alejarán de ti.”

“Yo también te amo.”Tegoshi se acercó despacio y rozó sus labios. “Eres mi mejor amigo, pero no puedo llamarte así cuando cada vez que pienso en ti, sólo deseo besarte.”

“Yuya, no-“ si importa. Y mientras los labios de Tegoshi siguieran robándole el aliento, importaría.

“No me llames ‘amigo’” susurró cuando se separó un poco para respirar. “Soy yo. Tu amante, tu novio, tu- lo que quieras, sólo dímelo, yo soy tuyo.”

“Yuya, no es-“

“Estoy desesperado por ti.”

Posiblemente, ‘amigos’ era la palabra perfecta con la que Tegoshi y Masuda excusaban sus acciones y cercanía. Pero no era lo adecuado, y lo sabían. Masuda no veía a Tegoshi como un amigo. Yuya no era alguien a quien él deseara sólo acompañar y abrazar, era alguien a quien deseaba besar, tocar y hacerle el amor. Al principio, la idea lo avergonzó y la rechazó por completo. Pero Tegoshi no dejaba de darle esas hambrientas caricias y provocaba esos peligrosos roces. Hace mucho habían llegado a un punto en el que no importaba que ambos fueran hombres, así que no había razón para continuar diciendo que su relación era de ‘amistad’.

Masuda abrió la puerta del auto, tanteando con su mano y la llave, dejándose recostar sobre el asiento trasero mientras Tegoshi besaba su cuello y lo tocaba debajo de la camisa. El espacio era pequeño y cuando intentaron despojarse de sus ropas, ambos se encontraron golpeándose con el techo del vehículo o con alguna manija al lado de la ventana, les provocaba risas, pero eso no impedía que sus labios reencontraran el camino hacia el otro.

Se sentaron y Masuda quitó la camisa de su compañero besando esa piel que acababa de ser descubierta mientras sus dedos recorrían la espalda del otro delineando su cintura y trasero. Tegoshi, que tenías los brazos alrededor del cuello de su amante, entrelazó sus dedos en el cabello del otro y besó su frente cuando su propia mente empezó a debatirse entre pensamientos de timidez y lujuría.

De pronto, de los labios de Masuda se escapó un largo gemido cuando una de las manos de su compañero se movió rítmicamente bajo sus pantalones, tomó su rostro y lo besó.

“Takahisa.” La voz de Tegoshi era suave. “quiero montarte.” Aquellas palabras se le escaparon de la boca e inmediatamente, ocultó su rostro en el pecho de Masuda, avergonzado de su propio deseo.

El otro no pareció disgustarse con la idea y le subió el rostro para sonreírle y disponerse ante él. La espalda de Masuda chocó contra el asiento momentos luego, cuando Tegoshi se sentó sobre sus piernas, abrazándose fuerte a su cuerpo, tratando de contener el aliento mientras se acostumbraba a la posición.

Masuda acarició los muslos de Yuya mientras recostaba su barbilla en el hombro del otro, susurrándole palabras gentiles, besando las lágrimas que aparecían en las esquinas de sus ojos y haciéndose más íntimos cuando Tegoshi empezó a mover sus caderas. El cuerpo de Yuya temblaba ligeramente pero mientras la excitación subía, el placer era mayor, los movimientos eran más fuertes y cada cierto tiempo, probaban con un nuevo ángulo, uno más profundo con el que perdieran sus mentes para sentir el climax.


Horas después, Massu seguía sintiendo las piernas de Tegoshi acariciando su piel entre las suyas mientras iba depositando tiernos besos en su mentón.

“Así te cuido.” Sonrió el psicólogo que rodeaba su cintura con los brazos. “Debo mantener tu cuerpo cálido aunque sea con el mío.”

“En serio?” Se rió Masuda. “No puedo negar que satisfaces mis necesidades, entonces.”

“Siempre que estés bien, yo seré feliz.”

Masuda estuvo a punto de responder aquello cuando su móvil empezó a sonar. Tuvo que estirarse puesto que Tegoshi no planeaba soltarlo, y así, entre más besos, fue respondiéndole a su jefe que le hablaba por el teléfono.

Tegoshi paró su juego cuando la expresión de Masuda se cayó. Sus ojos se encontraron confundidos, no sabía qué hacer.

+++

“Entonces, se lo dijiste justo ahí?” preguntó Nishikido-san, que se llevó una copa vino a la boca.

“No supe que hacer.” Respondió Masuda, que no entendía cómo había terminado contando su historia en medio de una cita.

El restaurante al que lo llevó el artista era realmente agradable, se escuchaba una música suave de orquesta mientras finos platillos eran servidos. Lo mejor sin embargo, era la vista que se tenía de la ciudad. Su mesa se encontraba al lado de un ventanal por donde las calles y las luces se veían preciosas y uno se perdía en admiración.

“Pero Massu” el artista le puso un nick. “Te fuiste. Volviste y… en lugar de hallarlo trabajando o esperándote, lo encontraste en medio de un bar?” inclinó su cabeza. “Eso debió ser decepcionante.”

“Estaba tan ebrio que al día siguiente, ni siquiera recordaba lo que había hecho.”

“Exactamente, qué estaba haciendo?” Preguntó curioso. “Piensas que se metió con alguien más?”

“No lo sé. Supongo que perdió la cabeza por alguna razón. Yo lo vi bailando con una persona que sujetaba sus caderas como… no lo sé. Estaba por irme cuando escuché que se cayó.”

Nishikido sonrió ante el comentario. “Y así acabó en tu casa.” Masuda afirmó con la cabeza y se dispuso a beber un poco también. “Todavía estás enamorado de él.”

El locutor no quiso afirmar ni negar sus palabras y volteó el rostro hasta que sintió aire cálido chocando contra su nuca. Cuando se volvió, los labios de Nishikido fue lo que encontró. Un poco sorprendido por la acción, se puso de pie e iba a disculparse, cuando Ryo lo cogió de los hombros.

“No tienes que disculparlo. A Tegoshi-san, me refiero” Sonrió. “Es obvio que él se encontraba en ese lugar por decisión propia. Ebrio y encima bailando. Esta claro que tu novio celebraba su libertad, no que la lloraba.”

“Hay una estrecha línea entre llorar y jugar.” Masuda respondió serio.

“Hasta los psicólogos son humanos, mi querido amigo.“ sonrió con estima. “Y a veces el dolor nos hace errar.”



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Mi cerebro murió aquí. Quería hacer yaoi en este cap xDD xq el siguiente ya lo tengo planeado, pero no sé qué tal me salió. Además la parte con Nishikido quería hacerla mejor -3-
perdón :(