Tegoshi [7/13]

título: Tegoshi
autor: meli-sq
pareja: masuda/tegoshi
tipo: multichapter (pg-13)
argumento: Como escritor, él no tenía absolutamente nada que hacer ahí, pero definitivamente... lo necesitaba.

nota: Dedicado a PAD'S. Dios T_T lamento el retraso!

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Nunca me imaginé que esto podría ocurrirme a mí y no lo digo por orgullo. No desprecio el trabajo ajeno, y es más, me sorprendo de aquellos que se exponen mientras laboran, pues siempre he sabido que yo no tengo las agallas para enfrentar los comentarios de la gente, pero… ahí estaba, parado a la vista de todos.

Mis pies temblaban sobre la mesa mientras escuchaba la vocecita de Tegoshi repitiendo mi nombre mientras su codo empujaba mi pierna.
No sabía cómo había subido ahí, porqué mi saco lo tenía el cantinero ni porqué de pronto mil ojos habían volteado a verme… pero cuando no pude moverme y veía la señal de un hombre que me indicaba que estaba por poner la música, lo supe.

“No puedo hacer esto…” empecé a retroceder

“Taka, si puedes!” Tegoshi extendió sus manos indicándome que no baje.

“No, no puedo! Ni siquiera estoy ebrio!”

“Ebrio? Qué?!” Volteó hacia todos lados y le quitó un vaso a un tío que se encontraba a su lado “tómatelo rápido!”

“No, Tegoshi! No lo entiendes!”

“Taka, lo harás muy bien! Confío en ti. Sólo baila!” Se empezaban a escuchar frases de descontento a mi alrededor. Me paralicé. Definitivamente, no podía hacerlo, así que me agaché buscando el lugar por el que había subido. “Taka, Taka! No! No los escuches!”

“Tú no entiendes! Esto… no, no puedo. Nunca lo he hecho”

“No importa, lo harás bien!”

“Cómo lo sabes?!”

“Porque si! No tengas miedo!” Tegoshi se cogió como pudo de la superficie y se subió a la mesa donde yo estaba, se agachó a mi lado y cogió mis manos. “No importa lo que digan. Sólo hazlo, yo te voy a ayudar!”

“Espera, espera!”

Tegoshi caminó hacia el frente e hizo una señal para que pusieran la música. Corrí tras él, cogiéndole la cintura, esperando ser capaz de llevármelo pero, lo que hizo fue muy inesperado y no supe reaccionar. Tan pronto lo jalé, él pegó su cuerpo al mío, cogiéndome de los lados y bajando él y sus manos por mi cuerpo.

Las personas empezaron a guardar silencio, mientras Tegoshi tocaba mis piernas y volvía a ponerse de pie.

“Qué dem-?!” de pronto sus manos jalaron el cuello de mi camisa, juntando nuestras frentes, para luego separarnos y desabrocharme el primer botón de la prenda.

“bien!” escuché algunas voces al fondo.


Tegoshi entonces, dio la vuelta a mi alrededor, cogiendo un micro que quién sabe le habrá dado y me presentó. Sólo escuchaba repetir mi nombre, frases de elogio y ánimo hasta que mis sentidos se calmaron y pude por fin, distinguir el compás de la música que sonaba. Sin querer, y ante la propia sorpresa del niñato, me moví ligeramente… el baile era contagioso.

De una valentía que no sabía que poseía, me acerqué aún más a aquellos hombres, deshaciéndome de la correa que rodeaba mis pantalones y agachándome para quitarle la bebida a uno de ellos. Seguí bailando y las miradas a mi alrededor empezaron a cambiar. Mostraban expectativa o cierto tipo de satisfacción de algo que sabían que haría, pero no antes de encargarme de él.

“Tegoshi” extendí mi brazo y lo jalé hacia mí nuevamente. Su expresión era más que de sorpresa y hasta creo que se quedó sin palabras. Me reí de aquello y rápidamente le susurré al oído que me esperara fuera del local porque no me atrevía a bailar más frente a él.
Tegoshi no me respondió al principio así que le di un beso en la mejilla para hacerlo reaccionar y sin queja alguna, salió.

++++


Cuando iba saliendo del bar, ya totalmente vestido y arropado, algunos tipos se acercaron a mi para colocarme disimuladamente unos billetes en el bolsillo. Uno que otro me coqueteó en voz baja y hasta uno, se atrevió a darme una palmada cuando se iba… pero por alguna razón, había dejado de sentirme avergonzado y cuando vi mi rostro reflejado en la luna de un auto, me percaté que tenía una sonrisa en la cara.

“Soy stripper.” Me repetí a mi mismo con un tono burlón mientras caminaba. “Un stripper de un bar gay… y me gusta!” me eché a reír. Hacía mucho que no bailaba y me divertía tanto. Creo que la última fiesta a la que asistí fue dos años atrás y no salí precisamente sobrio de allí.

Di unos cuantos pasos más y giré la cabeza varias veces antes de encontrar a Tegoshi arrodillado en el suelo y frente a dos pequeñas. A pesar de ser más de las diez de la noche, había una pareja que todavía paseaba por la plaza con sus pequeñas hijas, las dos muy ilusionadas con él.

“Y~” Tegoshi puso una mano tras la oreja de la que parecía la mayor. “Aquí está”

“Wow!” la niña saltó emocionada al ver que una moneda había salido de su cuerpo. “Eso fue genial!”

“Pero espera!” Las pequeñas pararon de saltar. “Porque si lo meto en la oreja de tu hermana…” cerró y abrió el puño. “Tarán~!”

Todos aplaudimos al ver como aquella moneda se había convertido en una pelota de goma rosa que Tegoshi les regaló antes de marcharse. Yo me quedé aplaudiendo un poco más viendo como las niñas le abrazaban y le llamaban “hermanito” de la emoción.
Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes que Tegoshi notara mi presencia, y tan pronto, los señores agradecieran al chico una vez más por el acto, él corrió hacía mi y me abrazó.

“Y… no vas a preguntar qué tal me fue?”

“No hace falta.” Me sonrió. “Ya los tenías dominados. Taka baila muy bien”


La vergüenza volvió hacía mi y sentí como mi cara se ponía roja por sí sola mientras los brillantes ojos de Tegoshi me observaban atentos. No pude enfrentarlo más, lo cogí de la mano evitando cualquier contacto visual y lo jalé hasta el teléfono público más cercano.

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“Cama!” gritó Tegoshi mientras se dejaba caer sobre el colchón.

“No te acostumbres mucho, sólo estaremos aquí unas horas.” Le dije, quitándome los zapatos.

“Yamashita-kun estará descansando en un hotel también?” me preguntó apoyándose sobre sus codos.

“Supongo que si. Como tiene el móvil apagado, no me ha quedado más remedio que dejarle un mensaje para que nos ubique después”


De lo agotado que estaba, mi cuerpo se sentía lento y los párpados me pesaban, así que hice caso omiso a la mirada curiosa que Tegoshi me lanzó mientras me cubría con las sábanas, apagaba la lámpara que estaba en mi mesa y me disponía a dormir.

“Taka…” susurrando, se acercó más a mi. “No dormirás en el sillón?”

“Porqué?” pregunté con un tono de queja.

“Es que...” su voz se oía tímida. “Esta es la primera vez que no te quejas de que tienes que dormir conmigo.”

Cómo podía decir eso? “Tonto. Duérmete de una vez.” Le reproché. Aquellas palabras no eran en mal sentido, pero tampoco quería admitir que me estaba acostumbrando a su compañía y a su calor en las mañanas.

“Buenas noches, Taka.” Volvió a susurrar, terminando de apagar las luces.


La siguiente vez que abrí los ojos, el cuarto estaba oscuro por la noche. Las luces de la calle se filtraban por la ventana, iluminando el suelo de la habitación y dándole un color azul a lo que mi vista alcanzara.
Aquella imagen era hermosa y hasta romántica, pero lo que me despertó no había sido eso, sino el sonido de un objeto cayéndose, quebrándose.

“Tegoshi?” estiré mi brazo hacía él, pero su lado de la cama estaba vacío. “Tegoshi?” repetí su nombre, me senté y prendí mi lámpara. Lo que vi me dejó atónito. “Oh, por Dios.”

“Taka…” corrí hacía él. Tegoshi estaba sentado en el suelo mirando al vacío.

“Estás bien? Te has cortado?” Pregunté al darme cuenta de los pedazos de cerámica que estaban regados a su lado. Cuando alcé la vista, entendí que había sido su lámpara lo que se quebró y que posiblemente el ruido lo había asustado.

“Taka.” Unas lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas. “No puedo…”

“No puedes pararte?” pregunté lo primero que me vino a la mente, me sentía alarmado.

“No puedo… Taka, no puedo ver.” Desesperado, movió sus brazos en el aire para encontrarme y empezó a llorar. “No puedo ver, no puedo ver” sentía que quería llorar con él mientras lo escuchaba repetir aquella última frase una y otra vez. Detuve sus manos cuando yo mismo estaba al borde de las lágrimas y lo abracé. Dejé que ocultara su rostro en mi hombro mientras acariciaba su espalda, haciendo mi mejor esfuerzo por ocultar mi exasperación al no saber qué hacer.

Aquel llanto era muy amargo y prolongado, era más intenso que el primero que había presenciado y es que en realidad, aquellos sentimientos eran diferentes. Ya no eran de dolor solamente. Tegoshi también tenía miedo.

++++


Trataba de coger el teléfono con los ojos aún cerrados. Aquel ruido era especialmente insistente esa mañana, así que empecé a buscarlo tanteando con una mano mientras mi otro brazo sostenía a Tego…

“Tego?” me repetí en voz alta. Qué estaba pensando?

Me sobé los ojos como pude, tratándome de quitar el pesar de ellos y fue ahí donde me di cuenta que seguía sentado en el piso. Tegoshi estaba acurrucado a mi lado, durmiendo profundamente con un brazo alrededor de mi cuello. Después de tanto llorar, quedó exhausto y los dos nos dormimos ahí sentados, pero no tenía frío. El cuerpo de Tegoshi era muy cálido como siempre y me había abrigado toda la noche.

Maldito teléfono. Volvió a sonar.

Vi que era imposible para mi cogerlo desde donde estaba, así que siendo lo más cuidadoso posible, levanté a Tegoshi en brazos y lo volví a poner en la cama. Al moverlo, hizo un pequeño gemido de disconformidad que creía, podía ser por la sensación fría del mueble. Acaricié su cabello y comencé a hablarle para que siguiera durmiendo. Tegoshi dejó de moverse como si me escuchara y luego de soltar un suspiro, quedó tranquilo de nuevo.

Había dejado de sonar el teléfono por segunda vez, así que aproveché la paz para reflexionar qué hacer mientras estiraba mis brazos al techo.

Teléfono.

Un poco molesto lo contesté. Habían llegado por nosotros.

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“Cállate! Shh!”

“Que rayos te pasa?! Sabes lo preocupado que estaba por ustedes?! Cómo pudieron irse así corriendo?! Qué son? Una pareja fugándose?! Tenemos una reunión hoy con Nishikido-san! Qué iba a decirle si uste-“ cogí sus labios con mis manos, esperando que mi amigo entendiera y cuando me hizo una señal afirmando con la cabeza, lo solté.

“Lo siento” dije mirándole a los ojos. “Había demasiada gente en las calles. Nos distrajimos un segundo, pero aún así fue una gran irresponsabilidad. Quería llamarte en seguida, pero lamentablemente me robaron.”


Yamashita me miró serio por unos segundos.

“Esta bien… pero…” era como que si pudiera leer mi expresión. “Algo malo ha pasado, verdad?”


No sabía si decirle o no. El día anterior entre llantos, había tratado de llevarme a Tegoshi a un hospital, pero él se negó. Era obvio que estaba asustado, pero aún así no quería que nadie supiera de su estado. Me hizo prometerle que esperaría hasta la mañana y que entonces, discutiríamos qué hacer, pero… en realidad… yo tampoco sabía nada y sólo había una persona en la que confiaba totalmente.

“… Sí.”


Le conté lo ocurrido entonces. Me pasé toda la parte del baile y la magia, para explicarle a Yamashita cómo había encontrado a Tegoshi en la madrugada. Las palabras que me dijo y la obvia preocupación que sentía. Yamashita sólo afirmó con la cabeza una vez que terminé. Se puso de pie y caminó hasta el niño, pensando y cubriéndolo un poco más con las sábanas.

“Entonces es obvio que él se opondrá.” Ladeé mi cabeza preguntándole a qué se refería con eso. “Antes de irnos, Koyama-san me dijo que si en algún momento Tegoshi presentaba algún tipo de dificultad, lo llamara. Pensé que con ‘dificultad’ se refería a algún estado emocional, quizás rebeldía o malcriadez… pero Tegoshi-kun no es de ese tipo. No lo parece, pero él esconde muchas cosas y es muy listo. Koyama-san debe percibirlo también… Quizás el problema sea más grande de lo que imaginamos.”


Me sentí mal de repente. Lo que decía Yamashita de alguna manera, también lo sabía. Tantas cosas que Tegoshi me había dicho pero que había ignorado hasta ese momento. Él… en realidad, él nunca me ocultó que estaba enfermo. Siempre mostró su descontento ante los hospitales y la atención para sí mismo. Las fiebres, el cansancio, el color de sus ojos que a veces me parecía que se aclaraban pero que lo negaba mentalmente, creyendo que eran una ilusión mía… Nada de esto era un secreto pero tampoco… tampoco parecía ser algo de lo que Tegoshi me pudiera hablar.

“Hey.” La mano de Yamashita se puso sobre mi hombro y cuando alcé la cabeza, me sonrió. “Quita esa cara. Quizás exagero y se trate de algo más vago.”

“Más vago?”

“Si, como… como una nictalopía”

“Qué es eso?”

“Es la incapacidad de visión de una persona cuando se encuentra en lugares con poca luz. Quizás esto ya le había pasado antes, pero no se lo dijo a nadie y esa noche, además se cayó de la cama, botó la lámpara, no sé. Seguramente nos lo explicará cuando despierte.”

“Pero…” Yamashita podía tener razón. Era lógica su definición ante lo ocurrido ayer, pero y qué significaban los demás síntomas? Debía preguntar o permanecer en silencio?
La verdad era… que no quería indagar más. “Y tú cómo sabes todo eso?”

“En casa de Koyama-san habían muchos libros y como Mr. Celos no quería salir, no me quedó más remedio que ponerme a leer.”

“Mentiroso. Veías la tele también.”

“Si, pero qué te he dicho sobre el tiempo, amigo? Es oro! Si me quedara todo el día sentado en un sillón mirando programas y cambiando canales, sentiría que desperdicio mi vida.” Se dirigió al baño y salió en seguida con una toalla en manos. “Tú deberías reflexionarlo también. A tu edad yo estaba ansioso por recorrer el mundo y conocerlo todo.”

“Yamashita, sólo eres tres años mayor que yo.” Dije con una expresión de agotado mientras mi manager ponía la tela en mis manos. “Y además, a tu edad, ya deberías estar casado o al menos, con una novia.”

“Para qué novias? Si te tengo a ti para hacerme berrinche y a Tegoshi-kun para pedirme mimos” se rió y me empujó. “Ahora ve a bañarte, debes estar presentable para el encuentro de más tarde.”

++++


El coliseo era enorme. Me sentía una hormiga caminando en la mesa de la cocina, dando largos pasos para llegar pronto a las bancas. Podía sentir la energía que derrochaban los corredores y gimnastas, mientras que con la vista intentaba encontrar a nuestro muchacho de carrera.

Yamashita entonces, saludó a un hombre que parecía ser el entrenador de Nishikido-san. Un tío de apariencia fresca, pero que lucía severo y estricto. Este señor nos saludó a nosotros también antes de dar unas palmadas al aire para indicarle al deportista que se detuviera y se acercara a descansar.

Mi vista se enfocó en él desde ese instante, en la forma en la que se apresuraba para llegar a nosotros, hasta que Tegoshi empezó a sobarse los ojos y volteé a mirarlo. Instintivamente, aparté sus manos y lo cogí del rostro, acercándolo para poder analizarlo… sus ojos brillaban hermoso como siempre.

“Puedes ver bien?”

“Si.” Tegoshi habló bajo por la sorpresa.

“Estás seguro?” fruncí el seño al no sentir su respuesta firme. Tegoshi bajó ligeramente la cabeza y afirmó una vez más. Puso sus manos sobre las mías como diciéndome que confiara en él y por un segundo, aquel gesto me hizo olvidar que tenía una entrevista que hacer.

“Wow.” Sonrió el deportista. “Esperaba a un escritor con pinta de cansancio y no a tres chicos guapos…Espera. Eran tres?” cuestionó a su entrenador.

“Discúlpenos Nishikido-san.” Mi manager habló. “Él es el nuevo ayudante de Masuda, Tegoshi-kun, también viene con nosotros.”

“Ayudante?” murmuré. Ayudante para qué?!

“Uhm…” El corredor se acercó dando pasos lentos, observando el rostro de Yamashita, luego el mío y terminando por el del niño, a quien le habló. “Estás viajando con un par de muchachos muy atractivos. Ten cuidado y no te vayas a volver del otro bando.”

La risa que soltó después no sólo me molesto a mi, sino también a Tegoshi que había inflado sus cachetes en desapruebo.
El entrenador le hizo una seña a Nishikido-san para indicarle el tiempo que tenía de receso y como no lo vi venir, tampoco lo pude esquivar. El corredor nos habló de unas condiciones.


“Se puede saber porqué tenemos que vestirnos así también?” pregunté renegando mientras intentaba acomodarme la camiseta, que estaba un poco pegada para mi gusto.

“Yo no practico deportes.” También habló Tegoshi cruzando los brazos.

“Dejen de quejarse que esto es parte de la entrevista.” Sonrió Nishikido-san trotando sobre su sitio. “En lugar de solo responder preguntas y hablar, también sentirán. Estoy seguro que de esa manera, podrán escribir con más pasión sobre mi.” Luego se acercó a Tegoshi. “Y… si crees que no puedes, no lo hagas. No todos nacimos para ser ganadores.”


El niño le devolvió la mirada con enojo, lo cual empeoró cuando Nishikido-san me tomó de la mano y me guiñó el ojo mientras me explicaba lo primero que haríamos.

“Y porqué Yamashita no tiene que hacer esto?” le pregunté al deportista mientras nos alejábamos corriendo.

“Porque me dijo que acababa de comer.” Sonrió el chico.

“EHH?!” Giré la cabeza para ver como Yamashita me alentaba con una gran sonrisa burlona mientras Tegoshi seguía cruzado de brazos… Mentiroso.


Cuando llegamos al punto de partida, Nishikido-san me dijo que realmente no quería forzarme a correr, pero que estaba un poco aburrido y que por favor me diera una vuelta con él. No quería hacerlo en verdad, mi fuerte no es la resistencia, pero algo estaba cambiando en mi y acepté. Él me prometió que iríamos lento.

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Solo llegamos a la mitad del recorrido pues ese lugar era realmente gigantesco. Nunca en mi vida me había sentido tan chiquito y a Dios le di gracias cuando el deportista se detuvo y me agradeció la compañía.

“Oh, suelo… como te quiero.” Dije echándome y estirando los brazos en el piso frío.

“Taka!” Tegoshi se acercó rápido sosteniendo una botella de agua, seguido de Yamashita que al parecer había disfrutado ‘el espectáculo’.
Acepté la bebida y me puse de pie enseguida cuando Nishikido-san chocó ‘accidentalmente’ su hombro con el de Tegoshi y le dijo que era su hora de intentar.

La tensión era fuerte.


“Que mal.” Dijo Yamashita que estaba sentado a mi lado en las bancas. “Al parecer, Nishikido-san ha elegido a Tegoshi-kun de contrincante… Me pregunto si será por su edad…”

“De Nishikido-san?” pregunté sin entender. Que tenía que ver que el deportista tuviera 25 años?.

“No, no.” Yamashita movió su mano. “Me refiero a la de Tegoshi-kun.”


Aún no entendía a lo que mi manager se refería, pero no tuve tiempo de preguntar ya que cuando volví a abrir la boca escuché unos pasos que se intensificaban hacia nosotros.

“Carrera?” Me sorprendí al ver lo rápido que los dos muchachos avanzaban por la pista. El rostro de ambos se veía lleno de energía y competitividad. “Pensé que dijo que no practicaba deportes.”

“Aha.” Mi amigo sonrió. “No esta nada mal, Tegoshi-kun.”


El resultado sin embargo, era de esperarse. Nishikido-san llegó primero a la meta, sin importar que el esfuerzo había dejado a Tegoshi sin aire.
Me acerqué a él, que igual que yo había elegido el suelo como silla de descanso luego de correr tanto.

“Lo hiciste muy bien.” Me agaché y le acaricié la cabeza. Él me sonrió y me estiró el brazo para que le ayudara a ponerse de pie. Prácticamente, lo llevé cargado hasta las bancas.

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Pasó un rato antes de que la respiración de Tegoshi se calmara, así que esperamos sentados mientras veíamos como Nishikido-san continuaba con su práctica alrededor.
Tal como lo predije, el entrenador era severo y exigente. Miré a Yamashita, que era totalmente lo contrario a él y que por alguna razón, no se veía feliz ante el esfuerzo que tenía que realizar el chico. De todas formas, una media hora después, el entrenamiento acabó y Nishikido-san volvió hacia nosotros con una gran sonrisa.

“Voy a darme una ducha.” Anunció. “Ustedes deberían hacer lo mismo” Apuntó hacia los baños y mientras caminaba hacia ellos, se fue quitando la casaca y camisa. Ese chico si que era rápido.


Para cuando llegamos a los baños, el deportista estaba por terminar de lavarse, así que a petición de Tegoshi, esperamos en el pasillo a que saliera para entrar.

“Has estado callado toda la mañana. Te pasa algo?” pregunté, interrumpiendo aquel silencio que nos había envuelto por varios minutos.

“No” negó rápidamente con la cabeza. “Es sólo que…”

“Se trata de tus ojos?” En ese momento, sentí que debía preguntarlo todo, que debía saber de una vez qué ocurría con Tegoshi y porqué no quería decírmelo. “Tegoshi-“

“No. Es que yo… ayer…” levantó la vista hacia mi. “Taka... ayer lloraste?”

“Qué?” Me ruboricé en seguida. En realidad, no pude contenerme por completo aquella noche, pero pensé que él no se había dado cuenta. Era tan vergonzoso. “De qué hablas?”

“Nada, es que…” encogió los hombros y parecía estar buscando en el suelo las palabras con las que me diría lo siguiente. “Pensé… que te preocupabas por mí. No sé… sentí que era un poco feliz porqué tú estabas ahí, abrazándome y… tratando de entender-“

Cogí su barbilla y alcé su rostro para que me viera. Era increíble lo que oía, él no lo sabía pero sus palabras hacían latir muy rápido mi corazón. “Yo me preocupo por ti, Tegoshi.”

Su expresión entonces se volvió la más dulce que hubiera visto, su mirada se suavizaba y su cuerpo pareció relajarse. “Entonces,” sonrió. “Ya no soy un mocoso?”

“Eh? Eso qué tiene que ver? Claro que aún eres un mocoso” sonreí. Era obvio que Tegoshi estaba preguntando otra cosa, puesto que siempre le recalcaba su aparentemente inmadurez para no tener que responder lo que sentía por él, pero… ya estaba harto de hacerlo.

Justo cuando me había dado el valor, Nishikido-san salió de las duchas con una toalla alrededor de la cintura y otra sobre sus hombros. Nos sonrió al darse cuenta de la atmósfera que rompía y se acercó a nosotros despacio.

“Hoy me sorprendiste, Masuda-san. Estaré esperando ansioso nuestra entrevista de mañana.” Luego volvió la vista. “Y a ti… qué te dije?” esto último lo susurró, pero igual pude oírlo, ese tono me molestaba.

Nishikido-san me dio unas palmadas más en la espalda antes de desaparecer en el pasillo, cuando Tegoshi cayó en cuenta de lo que el otro le había dicho.


“Quién se cree…” se paró rígido con los puños apretados y haciendo un puchero. “Dijo que no me volviera del otro bando, pero con quién demonios cree que esta hablando?!, cómo puede ser tan directo y decirme eso! A mi nadie me da órdenes!-” creí entonces que lloraría al ver sus ojos humedecerse y sus mejillas colorearse, quizás de la rabia. “Nadie me ordena ni a mi... ni a mi corazón. Maldita sea! Quién se cre-“

Lo interrumpí y lo siento, pero no pude más.
No sé si fue bueno o malo, pero había dejado de pensar y sólo…



“Taka…” Tegoshi me miró sorprendido, ahora más sonrojado y con los labios partidos.

Pensé que debía huir en ese momento y no porque sintiera que había hecho lo incorrecto, Oh no, esto era lo que quería. Los labios de Tegoshi tenían sabor a muchas cosas hermosas y eran suaves y delicados. No era por eso, claro que no…. Pero sabía que el chico me preguntaría porqué lo había besado, si sabía lo que estaba haciendo, si de verdad lo quería y un montón de cosas que no estaba listo para responder.

Sin embargo, Tegoshi no sería Tegoshi si hiciera lo que yo esperaba de él.

Dando unos pasos hacia delante, rodeó mi cuello con sus brazos y se empinó un poco para estar a la altura de mi rostro. Pareció dudarlo por un segundo antes de cerrar los ojos y pronunciar un poco los labios pidiéndome que lo besara de nuevo.

Y yo también lo pensé.
Pero al final solo pude sonreír y abrazarlo de la cintura para presionar mis labios sobre los suyos una vez más. Las preguntas podían esperar.


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Actualizando~
Dios ;_; no saben lo mucho que me costó escribir este capítulo. En realidad, no estoy totalmente segura de si esta bien redactado, pero me demoré muchísimo para tener en claro cómo poner todo lo que quería. Asd... en serio me costó tanto, es que todo este asunto de la copia y eso me esta afectando. Me llega cuando encuentro mis fics en otro lado y que no me hayan pedido permiso. En serio, no me molesta, pero si me avisan, sería muy feliz~
Extraño los comentarios de Tatchan ;_;